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El legado de Carlos Saura, una cápsula de memoria y creatividad en la Caja de las Letras del instituto Cervantes de madrid

  • Foto del escritor: icasellas
    icasellas
  • 25 feb
  • 2 Min. de lectura

Actualizado: 19 abr

El pasado 24 de febrero, el Instituto Cervantes recibió el legado "in memoriam" del cineasta, fotógrafo y escritor Carlos Saura, depositado por su viuda Eulàlia Ramon y sus hijos Anna y Antonio Saura en la Caja de las Letras, donde permanecerá cerrado durante los próximos 30 años.


© Enrique Cidoncha para el diario Heraldo
© Enrique Cidoncha para el diario Heraldo

Entre los objetos depositados destacan una de sus cámaras fotográficas, autorretratos, fotografías junto a figuras como Maribel Verdú o Fernando Fernán Gómez, un cuaderno escolar, libros de texto de su infancia, sus memorias póstumas "De imágenes también se vive" y, sobre todo, un guion inédito, "¿Querida, me alcanzas el cuchillo?", escrito junto a Eulàlia Ramon hace más de quince años. Un thriller que, como explicó Anna Saura, podría ver la luz algún día: “Es bastante atemporal, trata sobre una pareja y un asesinato”.


El legado, descrito por su hija como un auténtico “bazar Saura”, refleja la esencia multidisciplinar del artista: cineasta, escritor, fotógrafo, pintor. También se incluyó un fotosaurio, una de esas fotografías que Saura intervenía con pintura para darles una segunda vida, símbolo de su inconformismo creativo.


Durante el acto, el director del Cervantes, Luis García Montero, subrayó que Saura ha formado parte de la educación sentimental de varias generaciones a través de un cine comprometido, poético y profundamente humano. En palabras de Eulàlia Ramon, siempre fue un trabajador infatigable, incluso cuando no rodaba: “Pasaba el día escribiendo o pintando”.



Este homenaje culminó con una mesa redonda en la que cineastas como Paula Ortiz, Fernando Colomo y Fernando Méndez-Leite recordaron su legado y su influencia, celebrando a un autor irrepetible capaz de reunir mil directores en uno solo.



Treinta años después, cuando la caja se abra, el espíritu de Carlos Saura seguirá brillando, intacto, como su obra: eterna.



© Enrique Cidoncha para el diario Heraldo


 
 
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